miércoles, 5 de febrero de 2014

Actividades para el desarrollo psicomotor de bebés de 9 a 12 meses

Actividades para el desarrollo psicomotor de bebés de 9 a 12 meses





De los 9 a los 12 meses es una etapa ideal para realizar actividades de estimulación, en la que el niño va cogiendo confianza, y consolida el desplazamiento mediante el gateo sobre las manos, con los brazos estirados y sobre las rodillas. Superado el aprendizaje del gateo, de los 9 a 12 meses el desplazamiento empieza a ser más sincronizado, con apoyo sobre las palmas de las manos , sentado o con una pierna encogida.

En este periodo, el bebé puede comenzar a andar.


Puede ponerse de pie, y levanta un pie mientras se apoya con fuerza sobre el otro. Para incitarle a ello, podéis cogerle primero de las dos manos y posteriormente de una. Él solito tenderá a apoyarse en los muebles, incluso los utilizará para ponerse de pie y desplazarse de un lado a otro apoyando las manos.
También es capaz de coger un objeto pequeño haciendo pinza con el dedo pulgar y el índice, e intentará practicarlo continuamente, y ¡Tened cuidado! Porque cogerán de todo, hasta si se encuentran una pelusa, un hilito un pedacito de galleta…¡Cualquier cosa! Por eso en esta etapa deberemos estar muy pendientes de lo que hacen y sobre todo de ¡lo que cogen! Puesto que muchos lo llevan luego directamente a la boca y existe riesgo de asfixia. 





Cuando se le llama por su nombre, lo reconoce y responde. Repite palabras simples como papá y mamá, agua, mostrando su evolución en el lenguaje hablado. También tenderá a inventarse palabras que le resultaran mas faciles para cosas cotidianas como la comida, o , simplemente harán gestos para que le deis el chupete, ya cada vez hacen menos “ruiditos” para pedir las cosas.



En esta etapa aparecen las conductas intencionales, es decir, el niño es capaz de coordinar medios y fines. Sus acciones tienen una intención clara, ya que están dirigidas a alcanzar un objetivo y parecen más “inteligentes” que en etapas anteriores. Puede, por ejemplo, apartar un peluche para coger un cochecito. Esta secuencia de medios-fines tiene una importancia vital en el desarrollo del concepto del objeto. Además al final de esta etapa entenderán ordenes sencillas como “no”, “suelta”, “da” aunque a veces crean que hacer lo contrario resulta gracioso y no harán caso pero se estarán riendo ¡Parece que ya tienen algo de picardía tan chiquitines! 



Durante este periodo, el bebé ya puede interpretar indicios de acontecimientos inmediatos que no están directamente ligados a su propia conducta en forma de estímulo-respuesta. Por tanto, es capaz de anticipar que algo del mundo exterior va a ocurrir. Esto le ayuda a empezar a entender que el mundo exterior está ordenado y que él tiene cierto control sobre el mismo. Como el salir de paseo, volver a casa, ir a la cocina para comer…

A diferencia del estadio anterior, a partir de ahora el bebé es capaz de imitar conductas diferentes de sus actividades habituales. Es decir, ¡puede aprender por imitación con sólo mirar lo que hacen los demás!
El aprendizaje por observación es una fuente muy importante de progreso intelectual y evolutivo. Además, el bebé puede imitar acciones aunque no se vea o se oiga a sí mismo realizándolas.




 Así que tened cuidado que nos vea hacer cosas peligrosas para él, porque ¡tenderá a imitaros! Igual con un móvil, con el mando de la tele, ordenador, al darle de comer… hay que empezar a diferenciar qué cosas son buenas que imite y cuales no y ser buen ejemplo de conducta para ellos. Si el niño ve malas caras o peleas, él también las pondrá y mostrará una actitud afrentiva.






A esta edad, el juego empieza a convertirse en una actividad mucho más divertida y lúdica para el bebé. Empieza a disfrutar de “el medio” y no sólo de “el fin”.
 Es decir, es capaz de ignorar por qué lleva a cabo una acción para ejercitar el medio por simple placer. Por ejemplo, le gusta estirar una cuerda a la que va unida un juguete, olvidando por qué la estira (para poder coger el juguete), y lo hace por el mero hecho de estirar la cuerda.



El juego, igual que la imitación, empieza a convertirse en un instrumento del desarrollo intelectual, constituyendo un elemento imprescindible para el aprendizaje y el desarrollo mental del niño.



Actividades de estimulación de los 9 a los 12 meses



En esta etapa, podéis gatear al lado del bebé.

Jugad a tirarle la pelota y que os la devuelva.

Preparad bolso, mochilas o cajitas y haced que el niño las abra y vea los objetos que hay dentro de ellas. Podéis jugar a sacarlos y volver a introducirlos en el interior. Aunque en esta etapa lo más probable es que tiendan a sacarlos fuera e incluso lanzarlos lejos.

¡les encanta lanzar objetos y que se los devuelvan para volverlos a lanzar!

Con el bebé sentado en su cuna o parque de juegos, podéis mostrarle un juguete desde fuera, estimulándolo con gestos a que se ponga de pie (ayudándose con los barrotes de la cuna o las asideras del parque). Una vez lo haya conseguido, dadle el juguete para que lo coja con una mano, incitándole así a que permanezca de pie apoyándose sólo con la otra. Cada vez  tenderá a estirarse más para llegar más lejos y llegará a coger el juguete con ambas manos sin necesidad de apoyarse mas que en los pies.

Podéis poner juguetes en el suelo de la cuna o parque mientras el niño está de pie, para estimularlo a que se siente y los coja.

Poned al niño cerca de una silla y animadle a que se ponga de pie agarrándose a las patas de la misma, mientras uno de vosotros está sentado en ella para evitar que se caiga. También lo podéis hacer en el sofá o si tenéis una mesa baja bien sólita que no tenga posibilidad de volcarse y mejor si tiene los cantos rematados para que no se haga daño con el saliente de las esquinas si se cae.




Coged al niño de una o ambas manos y hacedle andar acercándolo a un familiar o un espejo. Podéis hacerle muecas y reíros para que os imite y se reconozca.


Coged una pelota y tiradla para que ruede por el suelo e incitad al niño a que la siga dándole la mano.


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